La Falsa Cultura Empresarial

Aunque ya conocemos sus beneficios, muchas empresas aprovechan la Cultura Empresarial para engañar a sus miembros y candidatos prometiéndoles algunos de los mismos, o incluso todos, y en realidad termina siendo todo lo contrario. Detrás de esta fachada, hay una Cultura falsa que debes conocer.

Ya te hemos contado tanto de los malos como de los buenos ejemplos de Cultura que existen en algunas de las empresas más famosas del mundo, y también le hemos dado mucho énfasis a las características que comprenden y fortalecen este concepto, al igual que los rasgos negativos que lo destruyen y cómo esto se refleja en un espacio de trabajo.

Bueno, ¡la Cultura Empresarial sigue siendo un tema complejo e interesante! Y en Mayork estamos seguros de ello gracias a la importancia que le damos y que debería tener en esta sociedad moderna, principalmente por todos los beneficios que provoca en los miembros de una empresa y en la misma.

La parte mala es que ese problema sigue siendo notorio en muchos sectores, industrias, negocios, etc., y lo peor de todo es que esos problemas terminan disfrazados bajo una fachada de “Cultura” que promete algunos o varios de los verdaderos beneficios que esta implica.

Podríamos decir que eso se conoce como la “falsa Cultura Empresarial”, y es posible que muchas áreas laborales la hayan formado mediante promesas de bienestar, horarios flexibles y otros puntos que terminan siendo lo contrario a su objetivo real.

“Lo barato sale caro”

Antes que nada, lo ideal es aprender a identificar este problema, lo cual no es tan difícil si conocemos algunos de los puntos más importantes de la Cultura y como estos deben ser aplicados. Entonces, las “red flags” son:

·         Desconexión entre el discurso y la práctica

Muchas organizaciones promueven valores como la inclusión, el respeto y el trabajo en equipo, pero en la realidad operan bajo criterios opuestos. Por ejemplo, pueden presentar una imagen de innovación y creatividad, pero desmotivar a los empleados cuando intentan proponer nuevas ideas o desafiar el status quo.

·         Falsa sensación de bienestar laboral

Las empresas pueden promocionar un ambiente positivo y beneficios atractivos, como flexibilidad horaria o programas de reconocimiento, pero en la práctica, los empleados enfrentan jornadas laborales excesivas, falta de apoyo por parte de los líderes o beneficios difíciles de obtener. Este tipo de contradicción genera frustración y disminuye el compromiso de los colaboradores.

·         Incoherencia en la comunicación interna

Las empresas pueden enviar mensajes contradictorios o cambiar constantemente sus políticas sin explicaciones claras. Un ejemplo de esto es cuando se promueve el equilibrio entre la vida personal y laboral, pero se exige disponibilidad fuera del horario de trabajo o se castiga de manera indirecta a quienes intentan respetar su tiempo libre.

·         Alta rotación de personal y la desmotivación generalizada

Cuando una empresa no respalda sus valores con acciones concretas, los empleados suelen sentirse desilusionados y terminan buscando nuevas oportunidades. Esto no solo genera un impacto en la moral del equipo, sino que también aumenta los costos de contratación y afecta la productividad de la organización.

·         Liderazgo autoritario disfrazado de participación

En algunas organizaciones, se impulsa un discurso de liderazgo participativo, pero en la realidad, las decisiones son centralizadas y autoritarias. Se invita a los empleados a compartir su opinión a través de encuestas de satisfacción, pero los resultados no generan cambios reales.

Como ves, es prácticamente un hecho que muchas personas en la actualidad se encuentran en situaciones así, y una consecuencia (para las empresas con ambiente tóxico) es el desagrado del público y candidatos a puestos laborales cuando logran enterarse de que dicho espacio presenta alguno o más de estos problemas.

Es por eso que la Cultura Empresarial es un concepto que cada vez se vuelve más indispensable para la vida laboral de las personas, y es por eso que el bienestar y la calidad de vida también deben estar en armonía con el desempeño en el trabajo del día a día.